Con el paso del tiempo, nos hemos dado cuenta de que uno de los juegos que tiene más tirón y que gusta más a los niños (y no tan niños) es el juego de las familias.
En Okidi decidimos buscar imágenes de animales que tuviesen una mamá, un papá, un hijo y una hija, pero fue demasiado complicado de encontrar. Así que decidimos que, si quieres tener las cosas bien hechas, no hay nada como hacerlas uno mismo, así que nos pusimos manos a la obra y dibujamos, a partir de plantillas, cada carta del juego, buscando animales que tuviesen el sonido R.
Pero, ¿cómo se juega a las famosas familias?
Aquí os presentamos las normas para que podáis jugar:
Se reparten 5 cartas a cada jugador y el resto se colocan apiladas boca abajo sobre la mesa.
Los jugadores colocan sus cartas en orden familiar y si algún jugador ya tiene una familia completa la coloca boca arriba frente a él.
El jugador más joven comienza a preguntar.
El jugador 1 pide a un cualquiera de su elección la tarjeta de una familia que tenga en la mano. Por ejemplo, ¿tienes la hija de la familia fantasma? Si la respuesta esa afirmativa, le da la carta al jugador 1 y éste sigue preguntando.
Pero si la respuesta es negativa, el jugador 1 termina su turno, coge una carta de la pila central y comienza el turno del siguiente jugador.
Si en algún momento un jugador reúne a los 4 miembros de una familia, se debe colocar completa frente a él.
Gana el jugador que consiga reunir más familias.
No se puede preguntar por una familia que previamente no tengamos en nuestra mano de cartas.
No se puede preguntar por la familia que el jugador anterior a nosotros haya preguntado.
El juego se compone de 7 familias:
Burros.
Ratones.
Zorros.
Rinocerontes.
Renos.
Perros.
Ranas.
Con este juego podemos trabajar la generalización del sonido R, la planificación, hacer sirenas para tratar la disfonía infantil, trabajar la disfemia…
Las dificultades para pronunciar los sonidos S y R son problemas que hoy en día afectan a muchos niños. La ininteligibilidad que este hecho provoca hace que muchas veces el propio niño se sienta incómodo hablando con los adultos o con otras personas cercanas a su edad, ya que siente que no se le entiende o que es diferente a los demás. Sin embargo, tratar de solucionar las dificultades con los sonidos del habla puede hacerse tedioso para los pequeños si no tenemos recursos para que se distraigan y aprendan jugando.
Para trabajar esta dificultad, hoy os traemos el mítico juego del dominó adaptado a los sonidos S y R.
Como ya sabéis, el dominó tiene unas normas sencillas:
Mezclamos las fichas.
Cada participante escoge 7 fichas sin mirar.
El jugador más joven saca una pieza que sea doble (con el mismo dibujo por los dos lados).
A partir de ahí, cada jugador escoge una de sus fichas poniendo el dibujo con el que coincida el que ya está en la mesa.
Cuando no se tiene ninguna ficha que coincida, se roba una y, si aparece una que tenga el mismo dibujo, se pone en la mesa. Si al robar seguimos sin tener ninguna ficha que coincida, pasamos turno.
El ganador será aquel jugador que consiga quedarse antes sin fichas.
El juego se compone de 28 fichas con los siguientes animales:
Dominó de la S: saltamontes, medusa, mosca, serpiente, salamandra, oso, mariposa.
Dominó de la R: perro, burro, ratón, rinoceronte, rana, reno, zorro.
Con este juego tan sencillo podemos trabajar varias cosas: por un lado, entrenaremos los sonidos S y R, pero además, podemos jugar haciendo sirenas mientras decimos el nombre del animal para rehabilitar la disfonía infantil, podemos trabajar la discriminación auditiva (¿dónde escuchas el sonido S en Saltamontes?), aumentar el vocabulario de la categoría de los animales o construir frases cada vez que nos salga un animal (por ejemplo, una frase con cada animal, una frase poniendo dos animales a la vez o una frase en plural si nos toca una carta doble).
Esperamos que os guste mucho y podéis descargarlo aquí
Muchos padres nos preguntan cómo pueden colaborar con nosotras en el tratamiento del lenguaje de su hijo. Es importante que los niños empiecen a entender desde muy pequeños lo importante que es el lenguaje y para qué sirve: nos permite transmitir necesidades, quejas, nuestros sentimientos… Los padres son un elemento clave para el desarrollo de esta capacidad, ya que son la figura de confianza de los niños y normalmente, las personas que más contacto tienen con ellos en las primeras etapas de su vida.
Algunos de los métodos que seguimos y recomendamos desde OKIDI para estimular el lenguaje son los siguientes:
1. No utilizar vocabulario infantilizado. Muchas veces, los adultos utilizamos palabras simplificadas (como por ejemplo guau guau para referirnos a un perro) porque creemos que los niños nos entenderán mejor y podrán decir esa palabra más fácilmente. Lo cierto es que si utilizamos este método, estamos dando un vocabulario erróneo y no permitimos que los niños experimenten otros sonidos un poco más difíciles que los que ya saben hacer. Ésto no significa que tengamos que hablar al niño con un vocabulario difícil. Se trata de hablar claro y al ritmo que el niño requiera.
2. Dedicar un momento para conversar. Los niños tienen mucho que contar, por ejemplo cómo les ha ido en el colegio, si se han peleado con un compañero, qué ha habido de comer en el comedor… También nosotros podemos hablarles de qué hemos hecho hoy o qué habrá para cenar. La conversación padres – hijos es fundamental para habituar al niño a querer expresarse y comunicar cómo se siente y qué necesita.
3. Reconocer los intentos de comunicación del niño. Cuando nuestro hijo nos intenta decir algo, es muy favorable responder a lo que nos comenta y escucharle.
4. Lectura de cuentos. Podemos leer cuentos sencillos, con introducción, nudo y desenlace. El niño puede contarlo también si ya se lo sabe. A los niños les gustan las cosas que ya conocen porque ya las tienen por la mano y les dan más seguridad en si mismos, haciéndoles más fácil su participación.
5. Demandas orales, sin señalar. Muchos niños cuando quieren algo simplemente lo señalan. Podemos pedirle al niño que nos pida explícitamente qué quiere con palabras. A veces, puede ocurrir que no se sepa el nombre de la cosa que nos está pidiendo. En este caso podemos preguntarle si sabe cómo se llama el objeto en cuestión y si nos dice que no, decirle la palabra para que él la repita. Poco a poco podemos alargar las frases que nos ha de repetir (quizás primero sólo repite «agua», con el tiempo, «quiero agua»).
6. Rutinas para aumentar el vocabulario. Al llevar a cabo actividades que forman parte de nuestra vida diaria estamos rodeados de infinidad de vocabulario que enseñar a nuestros hijos. Podemos jugar a ser detectives en el supermercado y encontrar alimentos, llamarlos por su nombre y categorizarlos. Por ejemplo: ahora vamos a buscar frutas. ¿Qué frutas queremos comprar? Naranjas, uvas… Otra situación ideal para trabajar el vocabulario es el momento de la ducha. Podemos ir mencionando las partes del cuerpo que vamos a lavar: Ahora, limpiaremos la cabeza; ahora, limpiaremos los brazos…
Si necesitáis más información o queréis contactar con nosotros, podéis a través de cualquiera de nuestros canales.
El juego funcional es el primer juego que aparece en nuestra vida, es el más simple y se basa en un juego sensoriomotor, se estimulan los sentidos y movimientos del niño. El juego debe consistir en el contacto físico y afectivo. Se centra en la exploración y actuación sobre sí mismo, los objetos y otras personas, en definitiva el niño aprende como funciona el mundo. Es un juego de repetición, ya que les produce placer y se entretienen. En esta etapa lo más importante no son los juguetes, sino que hacen con ellos y como experimentan. Se centran en las características físicas del juguete y usan sus sentidos para ello.
Recordando la entrada anterior del blog, el niño va evolucionando a medida que crece y el adulto puede ayudarlo en esta transición. Para ello, es importante estimularlo desde el nacimiento y el juego es la mejor opción para hacerlo, ya que éste se modifica y se transforma a medida que crecemos.
El primer paso es conocer el desarrollo evolutivo de los niños de los 0 a los 2 años. Saber las habilidades y destrezas que poseen en cada etapa de su evolución y así conocer la etapa de desarrollo en la que se encuentra el niño y que tipo de juegos son los adecuados para su edad.
Desarrollo evolutivo del niño de los 0 a los 2 años
Desarrollo motor (evolución física del niño)
0-3 meses: El niño tiene movimientos reflejos, son involuntarios y automáticos.
3-6 meses: Se puede sentar con ayuda, Aguanta la cabeza sin ayuda, puede cambiar de posición girando su cuerpo y empieza a gatear, estiran el brazo para coger un objeto, coordina los movimientos de sus manos
6-9 meses: Mejora su musculatura, se sienta sin ayuda, gatea hacia atrás y delante, se pone en pie sin ayuda sujetándose con algo y da pasos hacia los lados, aprenden a posicionar las manos para coger objetos más fácilmente
9-12 meses: Empieza a masticar, da sus primeros pasos apoyándose en el adulto o en la pared, sube escaleras gateando, empieza a coger los cubiertos y llevárselos a la boca
12-24 meses: Empieza a caminar sin ayuda, puede comer solos, los movimientos son coordinados y más precisos, utilizan las dos manos para una acción
Desarrollo sensorial: evolución de los sentidos del niño
Audición: El sentido más desarrollado desde que nace. Puede reconocer la voz de la madre desde la barriga y en el primer mes distinguen ruidos
Visión: La vista es el menos desarrollado del bebé. En los primeros meses, le cuesta reconocer las formas de las personas y los objetos, a causa de la incapacidad por coordinar sus ojos. A los dos meses ya perciben los colores perfectamente. A los cinco meses distinguen caras y a los siete meses reconocen las expresiones faciales y responden a ellas. A partir de los dos meses, con la acomodación de los ojos, perciben la profundidad.
Olfato: Des de los primeros días el bebé percibe el olor de la madre y lo distingue de otras mujeres. Los olores le pueden producir rechazo o placer
Tacto: En los primeros meses de vida el bebé tiene contacto con personas y objetos que le permiten sentir la presión, la temperatura y el dolor. A os seis meses pueden reconocer objetos al tocarlos
Gusto: Al principio prefieren sabores dulces como la leche materna, hacia los cuatro meses se interesan por lo salado
Percepción intermodal: Alrededor de los seis meses están preparados para asociar la información de los diferentes sentidos y formar un todo significativo. Permite al niño construir el mundo.
Desarrollo cognitivo: evolución del pensamiento del niño
0-1 mes: Las acciones del bebé no son deliberadas. Tiene respuestas reflejas delante de estímulos externos o internos
1-4 meses: Empieza a realizar acciones que le producen placer. Se centra en su propio cuerpo.
4-8 meses: Explora el entorno y manipula objetos. Sus acciones ya no se centran únicamente en su propio cuerpo
8-12 meses: Puede combinar acciones para resolver un problema, como girar su cuerpo para seguir una dirección. Es capaz de escoger acciones que le permitan adaptarse al entorno
12-18 meses: Entiende las causas de los acontecimientos y los desplazamientos de los objetos, por ejemplo, puede encontrar juguetes escondidos. Imita y repite conductas y encuentra soluciones para situaciones concretas
18-24 meses: Aparece la capacidad de pensar y actuar de forma interna, no solo a partir de la experiencia externa.
Desarrollo del lenguaje y la comunicación: evolución del habla y la comunicación
Durante los dos primeros años, el niño conocen gran cantidad de palabras. A los 12 meses empieza la explosión de vocabulario, cada día aprenden unas cinco palabras nuevas. A los 18 meses ya reconocen entre 30 y 50 palabras y a los dos años más de 150 palabras y son capaces de construir un discurso
Desarrollo socioafectivo: evolución de las elaciones sociales y emocionales del niño
0-2 meses: El bebé actúa de manera indiscriminada con las personas que le rodean, aún no se ha desarrollado el apego
2-7 meses: Se establece el apego, un lazo afectivo con las personas más significativas del bebé. Distingue las personas de su entorno y aparece la sonrisa con las personas que conoce
7 meses – 2 años: El vínculo es fuerte y se producen muchas interacciones sociales, sobretodo con la gente de su entorno. Esta relación se basa en la satisfacción de sus necesidades.
Una vez, conocemos las características de desarrollo del niño, podemos pensar en juegos convenientes a su edad y que le puedan ayudar en su crecimiento.
Tipos de juego dependiendo de la etapa de desarrollo del niño
0-3 MESES
Objetos: escoger objetos con luz y colores vivos, que tengan movimiento y sonido
Personas: encontrar momentos para estar con el bebé y cruzar miradas, hablarle, ser expresivos con la cara y mantener contacto con él, por ejemplo haciéndole cosquillas o masajes
3-6 MESES
Objetos: El niño empieza a manipular los objetos, darle objetos que pueda coger, tocar, y ponérselos en la boca. Para conseguir todo esto se debe poner juguetes u objetos a la vista del niño y que pueda alcanzarlos, moverle los juguetes para desarrollar la coordinación de la visión, tener juguetes con sonido para que el niño pueda localizarlos
Personas: Se relaciona sobretodo con la madre, importante crear momentos cara a cara, como por ejemplo en la bañera, cuando se le cambia el pañal o al darle de comer
Con su propio cuerpo: Le gusta descubrir su cuerpo y ver que puede hacer con el, como ponerse la mano en la boca
6-9 MESES
El juego consiste en la exploración de su cuerpo y el del adulto. Solo existe el aquí y el ahora. Solo actúa. Aprende a repetir movimientos con su propio cuerpo y reproducir reacciones de los objetos como hacer sonar un sonajero. En esta etapa el niño es capaz de sentarse y con ello puede coger objetos con las dos manos, hacerlos chocar o pasarse el objeto de mano a mano. Además puede inclinarse estando sentado para buscar un objeto.
9-12 MESES
El juego consiste en la exploración del espacio y los objetos. Reconoce los objetos y sabe como funcionan, puede cogerlos, lanzarlos, golpearlos, hacerlos rodar… Cuando se le cae un objeto es capaz de intuir donde ha caído. Al gatear aumentan las posibilidades de exploración del entorno. Se le pueden esconder objetos para que los busque y ponerle lejos los objetos para que use la locomoción para alcanzarlos.
12-18 MESES
El niño utiliza los objetos dependiendo de sus propiedades y funciones más evidentes. Juega a explorar rompiendo, desmontando, desvistiendo muñecas… También le gusta explorar su propio cuerpo, escondiéndose, columpiándose, poniéndose dentro de objetos… Enseñarle al niño como funcionan los juguetes para que él lo haga solo después de la demostración.
18-24 MESES
El niño combina dos o más objetos, ya que tiene más destreza con las manos y los dedos. Buscar juguetes mecánicos para que juegue él solo, y darle la opción de varios juguetes y objetos para que él los coja y los combine. El juego se debe centrar en estimular al niño a caminar y desplazarse. Empezar a compartir el juego con el niño tanto el adulto como otros niños.
En la próxima publicación hablaré, más extensamente, sobre el juego simbólico y la etapa evolutiva en la que se encuentra.
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